CARRIERS

Muchos son los films titulados bajo la etiqueta post apocalípticos que siguen de alguna manera los modelos básicos de algunos ejemplos claros que surgieron en estos últimos años, fundando una nueva tendencia de cine a partir de las denominas infecciones y virus modernos, derivando en algunas oportunidades del clásico y bien recibido cine zombie. El material en estos casos suele ser bastante variado, enfocando su mira y su foco de tensión a partir de algunas reglas básicas dentro de una línea recta con pocas aristas por lo que suele ser una típica historia de supervivencia. Es por eso que de la mano de los hermanos Barcelonenses Àlex y David Pastor sale a la luz un film que viene a demostrar todas estas tendencias del cine moderno de horror, bajo una mirada aguda y bastante personal de los hechos que se desarrollan en un entorno sumamente desalentador, con una serie de situaciones de gran nivel interpretativa, que mantienen la mirada fija ante el dramático momento de deben atravesar sus personajes. Tratándose de un claro ejemplo de supervivencia post apocalíptica, se complementa como una roadmovie de marcada crítica social y un trasfondo que permite disparar varias interpretaciones del tema, tomando su historia como mas se prefiera. Parte de este interesante aspecto, clave en la conformación del film, se debe al tratamiento serio por parte de los realizadores, entregando un panorama altamente dramático y devastador, donde el ser humano juega un papel fundamental en la carrera por la supervivencia y resulta de total importancia para mostrar el nivel de peligrosidad mas allá de la amenaza en concreto. Un entorno devastado por una epidemia de proporciones incalculables, en una sociedad quebrada, donde los principios básicos ya no existen y el hombre pasa a ser enemigo intimo del propio hombre. La estética del film en lo que tiene que ver con fotografía, texturas y colores es sumamente competente y luce poderosa en cuanto a calidad visual y tratamiento de la imagen que aporta clima y luce realmente como debe para un film de estas características, creando pánico tras cada secuencia donde se pone en manifiesto un posible contagio y a posterior una muerte segura. Es notable el trabajo realizado a partir de la no inclusión de cantidades chorreantes de sangre en exceso ni la puesta desbordante de seres infectados, sino que prima por sobre todo el factor miedo, seguido de un abanico de posibilidades que van surgiendo a medida que la historia permita dar pie para hacerlo, sin excesos de ninguna necesidad y recreando situaciones de una intensa carga dramática como eje conductor de una trama. La historia básicamente se centra en un grupo de personas, entre ellos dos hermanos, la novia del mayor y una amiga del menor, quienes emprenden un viaje luego de que el mundo entero se ve bajo lo amenaza de un brote de virus mortal, el cual se trasmite con gran facilidad y es altamente mortífero. Para intentar escapar viajan a través de la ruta hacia un destino aparentemente seguro ubicado en una playa desierta del golfo de México, lugar donde los hermanos pasaron parte de sus vacaciones durante sus juventudes. Durante el viaje la situación se vuelve cada vez mas peligrosa, a partir de tener que evitar el contacto con personas infectadas, hasta una posible salvación. Un film sorpresa para muchos dentro del mundillo mas modesto del horror post apocalíptico, quizás no recomendable para quienes esperan un despliegue mas contundente y varios litros de sangre derramados sin sentido mas que divertir pasajeramente, armada y realizada de forma correcta, donde los momentos y situaciones se deslizan en otros tiempos y con otras pausas, sin la vorágine actual de querer mostrarlo todo en una secuencia. Lo interesante aquí es poder enfocarnos también por sobre los hechos en cuestión y de alguna manera encajar en la piel de sus protagonistas comprendiendo la realidad de los hechos y en la mayoría de los casos, su dramático desenlace.