Nueva colaboración enviada por Gustavo Chateaubriand, en esta ocasión presentando un completo e interesante informe sobre un artículo publicado en el diario. Agradecemos el gesto y el momento que se tomo para escribir el artículo, pensado para nuestro humilde blog.
Cuando en el diario del domingo dicen que el gore es tonto...
(Genealogía de un prejuicio)
(Genealogía de un prejuicio)
Este es un prejuicio bien conocido, como pensar que las películas francesas son aburridas o que solo las películas francesas son válidas y el resto chatarra e imitaciones mala de la chatarra. Escribo en relación al artículo que apareciera este último domingo en el diario “Perfil” sección “Cultura” (ps.8 y 9) firmado por Marcos Mayer. La conclusión es: Drácula era un monstruo inteligente e interesante y los zombies producto de la estética gore son unos monstruos tontos y pelmazos sin nada que decir. Antes que todo hay que reconocer a Perfil su interés más o menos regular en el género. No todos los diarios dominicales lo hacen, es más nunca lo harían. A lo sumo escriben con los ojos en blanco sobre alquimia y eso si mucha autoayuda (“killing me softly”), pero Perfil por ejemplo hace un tiempo publico un extenso artículo sobre los nuevos directores argentinos de horror avisando al lector generosamente que ninguno de ellos era conocido en su propio país y que ciertamente eso resulta tan injusto como inentendible. Y sin abundar más el 4 de enero de este año publicó también en la sección “Cultura” sobre una muestra de “arte gore” llamada “Gore. Nothing so appealing in the annals of horror”. Bien hemos destacados los méritos de ese medio ahora disequemos (disecta membra):
El artículo dice que hay una “tendencia que hace un tiempo se viene reflejando en el cine de terror norteamericano: su dificultad para asociar el mal con la inteligencia…el auge del gore y en menor medida, las parodias, fueron terminando con los vampiros de pantalla. Un vampiro nunca puede caer en el terror explícito de un Hellraiser...” Bien la referencia al “cine norteamericano” es más que un lugar común de cualquier crítica que quiera sumarse un punto a su favor sin mayor costo ¡Pero vamos! Existen los géneros mucho mucho antes que las nacionalidades, ¿acaso no hacen rap, blues y rock en todas partes del mundo? ¿no hay tango en finlandés? ¿de que estamos hablando?. Después sigue el prejuicio de que mostrar simplemente tripas es cortedad de ingenio. Eso si cuando Marcel dunchamp dijo que un inodoro es una obra de arte entonces es un genio y cuando a otro se le ocurrió (y ni siquiera eso simple paso lógico) poner caquita de artista en latas y decir que eso era obra de arte entonces los miedosos de la cultura recién instruidos y platita dicen que eso es “genuino” “auténtico”. El artículo de Perfil opone, como mucha gente, la escuela “inteligente” de terror vampírico, escuela atildada de glamour y existencialidad, versus la de Frankenstein, que vendría a ser la escuela del horror podrido, de las momias y los zombies y las entrañas fuera de lugar. No es mala sin embargo esta distinción para explicarnos las continuas críticas hacia las estéticas “fuertes” del gore. (Hay una peli horrible “Zombies vs Vampiros” perdonen la cita).
El artículo dice que hay una “tendencia que hace un tiempo se viene reflejando en el cine de terror norteamericano: su dificultad para asociar el mal con la inteligencia…el auge del gore y en menor medida, las parodias, fueron terminando con los vampiros de pantalla. Un vampiro nunca puede caer en el terror explícito de un Hellraiser...” Bien la referencia al “cine norteamericano” es más que un lugar común de cualquier crítica que quiera sumarse un punto a su favor sin mayor costo ¡Pero vamos! Existen los géneros mucho mucho antes que las nacionalidades, ¿acaso no hacen rap, blues y rock en todas partes del mundo? ¿no hay tango en finlandés? ¿de que estamos hablando?. Después sigue el prejuicio de que mostrar simplemente tripas es cortedad de ingenio. Eso si cuando Marcel dunchamp dijo que un inodoro es una obra de arte entonces es un genio y cuando a otro se le ocurrió (y ni siquiera eso simple paso lógico) poner caquita de artista en latas y decir que eso era obra de arte entonces los miedosos de la cultura recién instruidos y platita dicen que eso es “genuino” “auténtico”. El artículo de Perfil opone, como mucha gente, la escuela “inteligente” de terror vampírico, escuela atildada de glamour y existencialidad, versus la de Frankenstein, que vendría a ser la escuela del horror podrido, de las momias y los zombies y las entrañas fuera de lugar. No es mala sin embargo esta distinción para explicarnos las continuas críticas hacia las estéticas “fuertes” del gore. (Hay una peli horrible “Zombies vs Vampiros” perdonen la cita).
Existe la idea que Drácula es casi un filósofo de la vida, un filósofo bello y con onda, “el zombie no atraviesa por los dilemas existenciales que desgarran tanto al Nosferatu de Murnau como al de Herzog”. Mayer parece olvidarse que Nosferatu se hizo conocido por su aspecto horrible nada beat nada de usar polera y tomar café en Saint germain-de-prés, el genial Max Schrenk, o como se escriba, del Murnau en blanco y negro no tiene nada de tipo que se pone a pensar en la angustia de la vida, sus dos dientes de conejo salvaje y la nariz que culmina abruptamente la pelada ovoidal de Max, insisto forman parte de un complejo estético exprofesamente buscado por Friedrich Murnau, el alemán no estaba pensando en el perfil de Hegel (menos mal!) menos de Kierkegard. Y Herzog, es un personaje altamente rescatable, un director que inspira cierto cariño por los temas diferentes que tocaba pero no nos mintamos su Nosferatu no es otro que el Klaus Kinski quien además de no necesitar ningún tipo de presentación no hizo sino copiar al pie de la letra la caracterización de su compatriota Max Shrenk. Una historia diferente es la película de Dafoe sobre la filmación de Murnau, pero esa no es una película del género. Pero es interesante que Mayer de estos ejemplos de cine “culto de horror”, porque quien dice Murnau no puede olvidarse de Fritz Lang y de “Metropolis”. Y la metáfora zombie no hace sino nutrirse (brain, brain) de aquel relato cinematográfico, el de una ciudad supermoderna de trabajadores superordenados, supraordenados. Resulta asombrosa la capacidad de síntesis que ha tenido el subgénero zombie para hacerse de una clarísima “critica del control social”. Decir “zombie” es decir “todos”. Y si bien muchos puedan objetar la constante remisión a la infección orgánica en el gore, (el tema de la “manzana podrida” que llama a ser desechada y por lo tanto a “discriminar” y a cuestionar el derecho de alguien… en fin equívocas exquisiteces de cierta corrección bien pensante) el gore muestra gente en problemas: nosotros mismos, son raros los títulos de monstruos individuales en esta estética, quizás una producción inglesa, se viene a mi cabeza “I zombie”, un no-viviente existencial para el articulista preocupado en la escasa capacidad de los nuevos monstruos. Sería largo y tedioso citar las remisiones que desde “White zombie” con Lugosi y pasando por Romero el zombie a querido señalar al verdadero monstruo, que como en el caso de Frankenstein no es la criatura sino su humano creador: Victor. En la “Noche de los muertos vivientes” de Savini-Romero el final es mucho más espantosos que las decenas de cabezas y tripas que sobrevuelan el nudo de la cinta, y en ese final hay hombres como vos y yo quemando zombies que son como hombres vivos (metáfora zombie) ardiendo a la vera de las risas de otros como asesinos despiadados. Sin profundizar en el estado hipnótico que deviene del que actúa por ejemplo en un shopping como zombie, que hace las cosas como un “autómata”, como alguien que no se cuestiona nada. La lógica de mostrar tripas y monstruos feos es mostrar al monstruo más feo después y a riesgo de ser tildado de existencial (vade retro!!) ese no es sino el hombre mismo.
Hay por cierto un peligro en arribar a la conclusión de que todos somos monstruos y punto no hay vuelta que darle “matémonos y que sobreviva el más apto”, ciertamente no se trata de eso sino de algo que asecha, como quien dice que “acecha en la oscuridad” como un monstruo que espera capturarnos, y es sobre esa potencialidad que empieza el gore a rodar su ingenio. En el humor pasa lo mismo, y nadie dice que “Seinfeld” sea una serie burda. Aquí el libretista se cuidó muy bien de no hacerlo a Kramer un hermano del protagonista, otro Seinfeld, más cercano a los chistes de Jerry Lewis que a la sofisticación de un cómico de stand up en NY. Pero ahí están, y ambos funcionan a la perfección, el supuesto humor fácil del larguirucho despeinado y el otro “sofisticado”. Drácula, eso si anda solo, su trabajo es solitario, anda jodiéndole la vida a las mujeres como un don Juan, insufrible como buen don Juan, ególatra y sin imagen en el espejo: un buen detalle de humor. Quizás el Drácula más genuino, o más bien el lugar de Drácula sea el que tuvo en las películas mudas y no posteriormente. Y no hablo de Nosferatu sino de Lugosi. Quizás ese sea el lugar propio del vampiro, un hombre que le tiene miedo al color de la sangre roja.
2 comentarios:
Buena defensa del genero gore. En mi opinion, lo bonito del cine, y no necesariamente del de terror unicamente, es explorar todas aquellas historias que nos ofrezcan los autores y para eso, lo mejor es tomar un poco de cada genero, sin menospreciar ninguno.
PD: Si, tambien me gustan los musicales xD
Interesante blog, he descubierto alguna que otra serie-b de vanguardia que no conocia.
Recomiendo a todo personaje que visite este otro lugar, con iguales o peores fechorias:
www.theweirdworldof.com
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